sábado, 23 de marzo de 2013

Domingo de Ramos
Entramos en la Semana Santa
¿Montados en una jumenta o en un coche de última serie?
El Señor es aclamado, porque entra con humildad. Pero el pueblo parece cansarse de esa humildad y termina pidiendo su muerte.
El Señor sabía muy bien a lo que iba, sabía cuánto debía sufrir, pero sabía también que eso era necesario para poder resucitar después y ascender adonde su Padre.
Esto es abrazar la Semana Santa, aceptar todo lo que la vida nos depara, saber a qué vamos en la vida.
Nadie tiene ganada la tranquilidad, la paz, la alegría, pero todos sabemos que el final es el mismo que vivió Jesús, ganarnos la resurrección.